Monday, December 23, 2019

LO QUE NOS DEJA EL 2019


Por: Alejandro “El Profe” Bohórquez

#ElProfeDelMetal

Un saludo metalero. Ya estando las festividades en pleno es muy complicado que haya nuevos lanzamientos este año, y por eso decidí cerrar 2019 de una buena vez con la consabida lista de álbumes que me llamaron la atención estos últimos 12 meses, y que me parecen recomendables. Siendo final de década algunas publicaciones están haciendo un recuento de los últimos diez años, pero teniendo en cuenta que estuve apartado la mitad de esta por temas de estudios, y retomando lentamente el hábito coleccionista estos últimos años, me es difícil hacer tal recuento. Además, en estas listas me parece más interesante mostrar cosas nuevas, y por ello, lanzamientos de nombres establecidos como Birdflesh, Exhumed, Abbath, Toxic Holocaust, Possessed, Mayhem, Tool, Cattle Decapitation, KMFDM, etc… no serán cubiertos aquí. Así las cosas, les dejo aquí una lista alfabética de las producciones de 2019 con una breve reseña muy subjetiva (al no ser ni músico, ni productor musical, ni nada relacionado), teniendo en cuenta:

  • Las bandas o proyectos reseñados no llevan más de 10 años haciendo música.
  • El álbum de 2019 reseñado no es mayor al tercero en el historial de la banda o proyecto.
  • Esta no es una lista comprensiva de todo el año, algunas cosas las omití y de seguro hay mucho de lo que no me percaté.



Quienes me conocen saben que no soy muy dado a los sonidos tradicionales del Heavy Metal y sus subgéneros más fieles a ese estilo, como lo es el caso del Speed Metal. Pero esta banda de Manchester, Reino Unido, ha logrado atraparme con canciones muy potentes, y una actitud más fiestera y de no tomarse tan en serio a sí mismos. De razón, hablaba el otro día con gente más conocedora que yo de la posibilidad del retorno del Speed Metal al foco de atención, y Aggressive Perfector lo demuestra.





Hace un par de años pillé a esta banda bogotana que llamó inmediatamente mi atención, dada mi fascinación por los payasos asesinos, que es un concepto explotado por Circus Gore a plena cabalidad. Como yo me encontraba en ese entonces dándole duro al Goregrind, el nombre de la banda logró despistarme un poco y jugar con mis expectativas, razón por la cual es mejor oír a esta banda bajo sus propios términos, y darse cuenta de que se trata de una genial apuesta por el Death Metal de la vieja escuela, con un performance coherente y consecuente con sus sonidos.




Si hay una tendencia en crecida que me parezca tremendamente entretenida, sin duda alguna es el Blackened Crust, combinando lo más extremo del Punk con las atmósferas disonantes del Black Metal. originarios de Filadelfia, PA, EEUU, Devil Master está a la vanguardia de este emergente subgénero, y luego de un brutal compilado de demos y EPs lanzado el año pasado, su álbum debut es una descarga de agresión que ningún fan de la suciedad y de la crudeza puede perderse.





Pero si de descargas de brutalidad se trata, el segundo álbum de estos neozelandeses de Auckland da una muestra de los alcances que puede tener el War Black Metal como subgénero extremo, demostrando por qué es uno de mis favoritos. Sin concesiones, sin refinamientos, sin ambages, sin maricaditas básicamente; Amongst The Flames Of A Burning God fue uno de los álbumes que personalmente marcó la pauta en un año donde la crudeza y la agresión en la música prevalecieron.





En la columna pasada, una de las frases de cierre fue “HARDCORE 4 LIFE!!!”, y este joven productor neerlandés demuestra la validez de esa frase, como también por qué su país de origen es potencia en Hardcore electrónico. Además, también demuestra por qué el Terrorcore es fácilmente el más extremo de los subgéneros electrónicos, en un implacable segundo álbum que no da respiro a quien quiera saltar bajo el efecto de sus sonidos distorsionados, y beats llenos de agresión.





Por supuesto, con un nombre así solo podía tratarse de una banda de Raw Death Metal que hace tributo a Entombed y demás bandas de la original escena holmiense, y por supuesto, yo iba a reseñar por lo menos a una de esas bandas dentro de uno de mis subgéneros predilectos. De las bandas que caben dentro de este sonido tan específico, estos también neerlandeses, pero de la ciudad de Groningen, son los que logran captar ese sonido e imprimirle más fuerza, logrando ser más que una copia o un tributo, para así aportar a esta vertiente de la vieja escuela.




Noruega parece quererse deshacer de su pasado insigne en el Black Metal, y con la disquera Edged Circle Productions parece querer establecerse como una potencia en el Thrash Metal, entregándonos el año pasado semejante tromba que es Sepulcher. Esta vez, nos proporcionan de una banda de Black Thrash que no desmerece para nada, y hace que aumente la confianza por las producciones de esta disquera, que con el segundo trabajo de Inculter está logrando que este país escandinavo consolide una vez más su fama mundial en la historia del Metal Extremo.




¿Qué pasa cuando una banda es tan fan de un género específico que saca dos versiones de un mismo álbum? Este es el caso de Konepistooli, una de las grandes recomendaciones que me dieron este año, banda griega tan fan del D-Beat hecho en Finlandia, que su álbum debut existe una versión en griego y otra en finlandés (aquí les enlazo ambas), y toma su nombre del histórico fusil usado en las guerras industriales. Para aquellos como yo que no niegan sus raíces Punk y gustan de sus versiones extremas, aquí hay 14 canciones pogueables (28 si bajan ambas versiones) listas para romper cualquier pared.



A partir del nombre de la banda y de la portada de este álbum, es fácil deducir la temática central de esta banda de Osnabrück, Alemania, con su fascinación por la Primera Guerra Mundial, la cual los más densos de mente interpretarán como una glorificación, y no como la crítica que es. Y que mejor forma de musicalizar este evento histórico y sus efectos que el Thrash Metal en su corriente teutona, de la cual Minenfeld demuestran ser unos maestros en su ejecución y brutalidad en canciones que ruedan una tras la otra. Además ¡es gratis!




Continuando con la línea de crudeza, suciedad y brutalidad que me marcó este año, llega esta banda de mi natal Ithaca, NY, con un Death Metal que evoca esos orígenes oscuros y fangosos cuando el Metal Extremo era uno solo. Sorprende que de un pueblo de hippies e intelectuales granola salga semejante producto lleno de odio y agresión, que desde la producción chatarrera rememora sonidos oscuros y anti-técnicos cuyos fans reclamamos cada vez más, en este presente océano de tecnicalidad estéril y psicodelia forzada. Altamente recomendado.




Hablando de tributos, los fans del EBM notarán de inmediato que este dúo austriaco es una gran carta de amor a los pioneros Nitzer Ebb, abarcando lo musical, lo conceptual, lo estético, y lo lírico. No obstante, NZ logra imprimir más agresividad a sus canciones de lo que hiciera Nitzer Ebb (quizás por falta de recursos o de interés), resultando en un contundente EBM que pone a bailar y a cabecear a cualquiera, dado lo físico del género no temo en decir que le inyectaron esteroides, y desde ya hace parte de mis selecciones en las fiestas.




¡Recién salido del horno! No se deje engañar por la portada, no es un álbum de Black Metal, esta banda de Houston, TX, nos trae una excelente placa con todo el impacto del que es posible dar en un álbum de Thrash Metal. Hace poco alguien me preguntaba sobre el Brutal Thrash Metal o Death/Thrash, el cual revisé en una de mis primeras columnas de este año, y Summary Execution at Dawn es una buena muestra de lo que me refiero con ese término, en particular porque Oath of Cruelty sabe dar en el punto exacto del intersticio entre Thrash Metal y Death Metal.




En un año donde me reconecté con mi pasado industrialoso, en el que escribí un capítulo de libro sobre la escena local junto a mi socia de los Estudios en Música Metal – Colombia (pendientes a publicación), y esto contribuyó a encontrarme con viejos amigos, aparece esta banda de Medellín con una fuerte influencia Cyberpunk para reforzar mi alegría. Influenciados por el cénit del Industrial Metal, Perros de Reserva entrega un álbum debut esperanzador, dejando en claro que estos son los sonidos del futurismo.




Nada tan reconfortante como saber que aún hay bandas dentro del Brutal Death Metal que no caen en los embrujos del Slam, sumado al hecho de que van en esa línea de crudeza y brutalidad que he aludido a lo largo de esta lista, siendo el álbum que marcó la pauta a inicios de este año. También procedentes de Filadelfia, esta banda resonará con los brutaleros locales, quienes encontrarán en Pissgrave una banda que satisfará sus necesidades de extremidad sonora y visual.





Como era de esperarse, Finlandia tampoco se quedó por fuera de la lista de fin de año, esta vez con el álbum debut de la banda de Joensuu que no tiene ningún temor en hacer un Raw Thrash Metal sucio, rápido y eufórico, perfecto para pisar el acelerador de cualquier vehículo de combustión o azote de greñas. Con una impronta particular, Scumripper le arrancará la piel de la cara a cualquier descreído, y se orinará en aquellos que crean que el Thrash ha muerto, o que se debe ser prolijo a la hora de tocar Metal.





Países Bajos hace su última entrada en esta lista, y justo al límite de la misma, al tratarse de un proyecto que cumple su décimo aniversario presentando su tercer álbum. Sinister Souls logran producir un Crossbreed bastante enganchador y equilibrado, en donde el Hardcore y el Drum & Bass encuentran una representación equitativa y sin ser forzada, logrando dar una voz especial a este subgénero electrónico. FCKN Hostile claramente hace un llamado a la Música Extrema al utilizar varios tropos de la misma, en un álbum que logra ser simplemente cautivador.




Este dúo neoyorquino se ha caracterizado desde hace seis años por llevar al EBM a sus máximos extremos, inyectándole altas dosis de Industrial tradicional logrando un producto mucho más distorsionado, ruidoso y agresivo. En Asphyxia, su tercer álbum, logran perfeccionar su sonido, que a mis oídos es un EBM tanto bailable como pogueable, manteniendo el golpe marchante de este tipo de géneros, mientras reivindica la búsqueda de la abrasión sonora de los primeros colectivos industriales, y por ello queriendo presentar su sonido como algo “Post-Industrial”.




14 canciones en 13 minutos de pura furia y descarga. 14 canciones en 13 minutos de puro enzorre para la gente. 14 canciones en 13 minutos de descontrol, desconcierto y chispitas de colores. 14 canciones en 13 minutos de puro Cybergrind sin destilación alguna. No se dejen engañar por el rosado y el yaoi, este álbum es muy rudo.







¡¡¡UUUUUUFFFFFFF!!! Aquí hay una banda que no se va con cuentos, su objetivo es claro y es lograr la máxima fusión de las corrientes del Death Metal vieja escuela: Death Metal floridano, Raw Death Metal y Death/Thrash ¡Y cumple dicho objetivo con creces! Esta banda nativa de Portland, OR, no es apta para aquellos débiles de temple o con fallas cardiacas, con un debut que demuestra que aún hay mucho por hacer en el Death Metal, y que no deja de ser uno de los géneros extremos más brutales, en adición que demuestra la fase consolidación que vive el Metal hoy en día ¡¿qué esperan?!



Existen disqueras que con solo nombre inspiran respeto, debido a que mantienen un sello característico en sus producciones, sin dejarse llevar por las tendencias o modas del momento, entregando productos con la calidad esperada. Ese es el caso de Industrial Strength Records que desde la década de 1990 ha sido el hogar de grandes exponentes del industrial Hardcore y el Speedcore, y en este, el álbum debut de los multinacionales 909 Junkies se mantiene esa línea dura que recuerdas a proyectos clásicos como Disciples Of Annihilation. Violencia sonora que no teme en subir la velocidad y utilizar simples inspirados en el Metal, 909 Junkies para lograr la máxima destrucción auditiva.


Con esto presento mi lista sin antes querer hacer unas breves menciones de álbumes que salieron este año, pero que no cumplieron con las condiciones que presenté al inicio, como es el caso del Origino of Murder, tercer álbum de los geniales Amputated Genitals que son una muestra del buen Brutal Death Metal que se hace aquí. Otro álbum sería el Weeping Choir de Full of Hell, banda que nos visitó en un brutal concierto junto a Rotten Sound deleitándonos con su cruce entre Grindcore y Power Electronics. Ya que esta lista tuvo harto Thrash Metal, quiero mencionar a los turcos y su álbum Into the Armaggedon que a todas luces se nota su reverencia y respeto por este género extremo. Así entonces, los dejo por ahora deseándoles un feliz cambio de año, que se intoxiquen, y quedo atento a cualquier sugerencia o cosa que omití.

¡Cuernos arriba!

Thursday, November 28, 2019

EN LA MENTE DE UN CORE


Por: Alejandro “El Profe” Bohórquez

#ElProfeDelMetal

Un saludo metalero. Otro semestre que se acaba, incluso otro año y otra década que están viendo su final. Además, aunque se ha venido poco a poco calmando, al instante que escribo estas líneas el país, y otras partes del globo, atraviesan momentos de protestas social y descontento, que con mis buenos amigos de Hammerheart: El Baúl del Metal hicimos un análisis que espero puedan ver. Todo esto trae consigo cierto agotamiento físico y mental adicional al que se experimenta en un cierre de año, sin contar con el hecho que la clase de Música Extrema no se reabre hasta julio, y siendo honestos lo que a mí me pone de malas pulgas en estas fechas es la inactividad, en especial no tener un auditorio. Por tales motivos, en la columna de este mes les voy a transcribir algo que escribí en mis notas personales hace un rato, e incluiré uno que otro comentario adicional que se me vaya ocurriendo en corchetes cuadrados. Ahí les va:


En la mente de un CORE

Interrumpimos el escrito en curso (que igual hace rato no avanza) para traerles un emocionante escrito de último momento…

Eso es estar en la mente de un CORE, viene una idea que se estrella con otra, y luego viene algo más emocionante, y suele terminar en un rompecabezas que no encaja. Es saltar de la emoción por algo genial y luego preguntarse: “¿qué hago en esta habitación?” (Una vez fue tanta la emoción que me abrí la cabeza al saltar justo debajo del marco de la puerta de mi habitación).

Pero mejor empiezo por el principio, y cuando termino, me callo (cosa difícil).

El término CORE lo tomo de Hardcore, que en inglés es algo así como fuerte y difícil de digerir, palabra que me fascina desde que la escuché por primera vez a los 14 años (mi nacimiento, por alguna razón [yo sentí que reinicié mi vida en 1995]). Y mira tu, según Urban Dictionary traduce intenso, implacable (o la identificación… en inglés relentless me suena más). Por ello no sorprende que en la segunda oleada del Punk su manifestación más extrema recibiera ese nombre, tomando la velocidad de bandas como los Ramones o los Damend, la rabia de los Sex Pistols, y lo “calle” de los Clash. De ahí en adelante, se utilizó ese sufijo CORE para denominar los estilos musicales que tuviesen o superaron esa intensidad, y sobre todo que explotaron en velocidad, culminando con el Grindcore, que suma Death Metal e Industrial a la mezcla (existe un cielo, como diría Alex, gorgeousness and gorgeousity).

Claro, yo el Hardcore lo conocí en los 90’s y era la moda del HC influenciado por el Rap y estilos más lentos y sincopados, que para algunos suena más “rudo”, pero que yo encuentro soporífero, y pa colmo de males ha definido al Hardcore desde entonces.

Por eso ando brincando en una pata al caer en cuenta (casi que no) en una de mis clases que en la música electrónica desde el Hardcore Techno o Gabber esa idea original de intensidad (velocidad ante todo) e implacabilidad se mantuvo ¡¡Vida HP!! ¡¡Vida HC!! Speedcore, Terrorcore, Frenchcore, Happy Hardcore, Industrial Hardcore, hasta el Doomcore mantienen las altas revoluciones… Ahora, a pesar de comprar memoria externa, y tenerla junto al teléfono a punta de reventar de mp3, hice un playlist de Hardcore electrónico y no escucho más…



Es que así se vive en la mente de un CORE, la intensidad y la implacabilidad se gozan de la misma manera: a nivel 11, con esteroides, de manera irrefrenable, seguro ahí juegan dopamina y serotonina y demás endorfinas tremendamente adictivas (no sé si esto es exacto, la biología me marea), y querer mantenerse así. Ser el Sombrerero Loco o la Liebre de Marzo en una eterna loca fiesta del té al estilo de la peli animada de Disney (el libro es más aplacado), pero me conformo en ocasiones siendo el
Gato Cheshire que sonriendo deconstruye la rigidez de Alicia. Es una mente que buscando esas emociones intensas exprime hasta el último centímetro cúbico un tema apasionante para lograrlo.Es intentar vivir como una de las mejores caricaturas de los Looney Tunes, y se acude a ayudas externas para lograrlo, todo con tal de lograr carcajadas descontroladas (1000+ memes al día no son coincidencia).




Pero también es ver el mundo moverse en una eterna cámara lenta, que el cuerpo se desgasta y se cansa, que la gente se aburre y/o no entiende el chiste. Que sobresalir no cae bien y sucede como las metáforas del balde de cangrejos o la amapola más alta. Ser considerado demandante, abrumador, y la gente se vaya o simplemente muera. Lo peor del caso, como dicen en Girl Interrupted, uno es uno amplificado (11+), y si la alegría se vuelve euforía, las demás emociones estallan sin medida y con igual velocidad [leyendo estos días biografías de gente con trastorno bipolar, me parece tremendamente injusto que los episodios depresivos suelen ser más duraderos que los episodios hipomaniacos].

Dándole la vuelta es algo también muy particular. Aunque no se encuentre quien resuene a uno al 100%, es saber que no se es parte de la manada que solo busca estándares. Me enloquece que incluso los “rudos” se van por la técnica, la finesse, y la sutileza, y en serio somos pocos los que vamos por el frenesí en sí mismo. Y está bien, así uno ve más colores que los que se perciben normal- [acabo de notar que en el manuscrito original me salté dos páginas, dejándolas en blanco] -mente, y hay quienes agradecen una dosis habitual de estos. (No sé por qué dicen que soy “Darks”). A veces, yo quisiera ser Black Bolt, quien por su enorme poder no puede ni hablar, y así comanda un gran respeto (¿mi sombra jungiana?). Pero el CORE es más como Deadpool, o el guasón de Heath Ledger (tan CORE que lo mató), o toda la película de Mad Max: Fury Road. Uno simplemente no para, y es aburrido cuando pasa.

Antes de irme, una gran lista de lo que a mí juicio sería el gran playlist CORE, sería lo mejor de:

  • Ramones+Misfits (versión Danzig)
  • Hardcore Punk
  • EBM
  • Street Punk
  • Crossover Thrash
  • Terrorcore
  • Grindcore
  • Goregrind carcassiano
  • War Bestial Black Metal
  • Hardcore (Gabber)
  • Thrashcore
  • Frenchcore
  • Raw Death Metal
  • Brutal Thrash Metal (o Death Thrash)
  • Industrial Hardcore
  • Crust Punk (incluye D-beat y Raw Punk)
  • Speedcore
  • Raw Thrash Metal
  • Old School Death Metal
  • "Norsecore"
  • No Wave


La clave es intensidad y velocidad (sobre todo la segunda, he llegado a cabecear Merengue, Bluegrass y Puya por eso) [Les pensaba dejar muestras de cada subgénero, pero prefiero que se los averigüen].

Y al mejor estilo CORE me despido, porque sé que al terminar esto diré: “¡¡JUEPUTA!! ¡Olvidé poner esto!” [y así fue]. Pero no importa, vivir en mi mente significa que vivo reescribiendo mi historia (¿otra vez tu, Joker?), y que prefiero consumirme a decaer.

HARDCORE 4 LIFE!!!
¡Cuernos arriba!

[Definitivamente mis profes universitarios hicieron un gran trabajo al enseñarme a escribir ¡ja ja!]



Wednesday, October 23, 2019

A LA LARGA ES COMO LO MISMO…


Por: Alejandro “El Profe” Bohórquez

#ElProfeDelMetal

Un saludo metalero. Ya terminando semestre con cierta melancolía, ya que la clase de Música Extrema no se vuelve a dictar hasta julio 2020 (y quien sabe qué pueda pasar); a la vez con la alegría que trae tener nuevas ideas y perspectivas que solo son posibles en un aula de clase, en la discusión con los alumnos. El día anterior a escribir estas líneas, me encontraba dictando la única clase que prefiero tener a puerta cerrada en todo el semestre, que es la de Ideologías Extremas, donde se analiza principalmente la aparición de discursos políticos altamente militantes, como el nazismo o el comunismo y demás ideologías totalitarias, en la Música Extrema y géneros musicales afines. Durante la investigación, no pude evitar observar ciertos paralelismos que se vienen dando dentro del campo de la música y las artes en general, más aún cuando nos encontramos en una temporada electoral bastante controversial y preocupante.

Siguiendo con el anecdotario, recuerdo que una de mis principales motivaciones para entrar a una facultad de Ciencia Política era aprender las distinciones entre las distintas ideologías y teorías políticas, y a eso dediqué buena parte de mis primeros semestres con la ventaja de que hoy dicto la clase sobre ideas políticas. Con el tiempo, pude identificar cómo las ideologías políticas en cierto modo reemplazaron el papel social de la religión a partir del inicio del modernismo, y esto es, brindar respuestas sencillas a las grandes preguntas trascendentales que solemos hacernos los seres humanos, tanto así, que el siglo pasado es recordado por muy buenas razones como un constante conflicto ideológico. Es más, hoy en día persiste vivamente la idea de que necesariamente se debe tener una ideología, y a varios les es incomprensible el que no se tenga, no muy distinto al creyente que niega que pueda haber gente atea (“¡¡USTED EN ALGO TIENE QUE CREER!!”), y ya antes he recibido lamentos plañideros al soportar mi postura frente a aquellos que creen que solo se puede ser rebelde si se abraza una causa (el rebelde sin causa sigue siendo tremendamente problemático para ambos lados del espectro).

Dicho esto, quisiera comenzar con lo premoderno y hacer alusión al más comentado, criticado, vilipendiado e insultado de mis videos, en el cual participo en una discusión sobre la existencia de Black Metal cristiano. Por supuesto, muchas de las ofensas van hacia el lado cristiano, y con toda razón; complementando a lo que digo en este debate sobre la neutralidad de los sonidos y que por ello cualquiera puede cantar lo que quiera encima de estos, pero la música sí es algo socialmente construido, y el Black Metal precisamente busca evocar todo aquello que el cristianismo repudia desde sus mismos sonidos, así que el Black Metal cristiano es como un Reggae neonazi. Pero no es de sorprenderse, tenemos versiones cristianas de todo lo que se supone el cristianismo está en contra, o criticó en algún momento, y así toca hacer la filtración de todo este material no pedido y que solo está hecho para que los seguidores del nazareno no sientan contradicción entre creencias y gustos ¡incluso hay porno cristiano!

En cuanto a la clase de ayer, uno de los casos tratados es la aparición del NS Black Metal, que como su nombre lo indica, sin ambigüedades abraza ideales fascistas y neonazis, y los incorpora a la filosofía y el sonido del Black Metal. Si bien es cierto, que al buscar imaginarios que le sean molestos al resto de la sociedad varios géneros extremos se han apropiado de los recursos del arte totalitario, desde la provocación Punk, el pastiche Industrial, y la exploración del lado oscuro por parte del Metal; también resulta incongruente y contradictorio que en el Black Metal, de por sí el género que lleva el individualismo romántico del Metal a sus máximos extremos (otro de los cabezazos de este semestre), más allá de mostrar una fascinación por la maldad percibida en este tipo de ideologías, se muestre una fidelidad a éstas, siendo que son ideologías que ponen al colectivo por encima del individuo, y a todas luces son una muestra del borreguismo que tanto dice atacar. De igual manera, el que haya una “respuesta” a este tipo de bandas creando un Black Metal “Rojo y Anarquista” lleva a la misma contradicción, y solo es la otra cara de un mismo problema.

Y he aquí donde encuentro la similitud, al tratarse de productos que buscan ya sea resolver las contradicciones en gustos de sus adeptos o bien explotar un mercado latente, en mi ignorancia no creo que un cristiano devoto encuentre gozo en las disonancias del Black Metal, o que un fascista acérrimo encuentre placer en los derivados de lo que alguna vez fue “arte degenerado”. Aún así, es posible encontrar: Punk, Heavy Metal, Techno, Hip Hop, Folk, Gothic, Gabber, y cualquier otro género musical que haya sido parte de un auge juvenil, tanto cristiano como neonazi, haciendo que también se vea como un evidente intento por ambas partes de cooptar cualquier manifestación de este estilo. Adicionalmente, algo que también es similar en ambos casos es que el 99.99% de lo que sale bajo estos sellos es de muy mala calidad, al poner el discurso por encima de la música, logrando afortunadamente que sea fácil identificarlos.

Yendo más allá, el núcleo de todo este asunto está precisamente en que la postmodernidad admite este tipo de cruces sin inmutarse, y su fenómeno hermano, la globalización, da para que se den este tipo de conexiones ideológicas y comerciales. No es de extrañarse que en estos últimos años tan turbulentos la gente vuelva a aquello que le provee una respuesta y un regocijo, por ingenuos que estos sean, y ha sido claro en más de una ocasión en la historia que pegarse a la histeria de las masas es una forma fácil y eficiente de librarse de cualquier responsabilidad intelectual. Si en serio se busca hacerle pistola a la sociedad y su habitual borreguismo, de pronto no es lo mejor pegarse a doctrinas que buscan uniformidad y se basan en una figura líder, y quizás sí mostrar cierto distanciamiento y un verdadero ojo crítico. Hasta entonces, los dejo que me voy a seguir a James Dean.

¡Cuernos arriba!

Monday, September 23, 2019

A RIESGO DE FOSILIZARSE

Por: Alejandro “El Profe” Bohórquez

#ElProfeDelMetal

Un saludo metalero. De hacerse un recuento de esta década que está por terminar, una de sus principales características es el auge de lo retro y la industria de la nostalgia, que si bien no es algo exclusivo de los 2010, siendo una tendencia que viene en crecida desde hace más de 20 años, no es descabellado aseverar que la nostalgia ha llegado a puntos altos los últimos diez años. En el caso del Metal este fenómeno lo ubican algunos autores, como Andrew O’Neill, con la reunión de la alineación original de Black Sabbath en 1997, seguida por el revival del Thrash Metal en los 00, y como mencioné en otra publicación, hoy por hoy los medios especializados se enfocan en demasía en el Doom Metal, el género retro por excelencia en el Metal. El problema de todo esto, que se comparte con la música Rock en general, es el anquilosamiento que se está dando en estos géneros musicales, los cuales pasan cada vez más a ser cosa del pasado, y tienen el riesgo casi de desaparecer al no atraer a generaciones más jóvenes.

Un rasgo interesante del Metal como tribu urbana, señalado por Jeremy Wallach y Alexandra Levine, es que el envejecer está bien visto y existe un respeto por los pioneros de este estilo, de hecho, se espera que cualquier persona que ingrese a esta tribu tenga un buen conocimiento y aprecio de la historia del Heavy Metal. Aunque esto lo considero valioso, he podido detectar por lo menos dos problemas con esta actitud que le juegan en contra a esta continuidad:

  1. Si bien yo me disfruto los clásicos como cualquier otro, pareciera que los grandes conciertos solo los encabezan bandas que llevan 20 años o más, y que darles la oportunidad a bandas más recientes, así estas toquen dentro de los subgéneros establecidos, es un negocio a pérdida. Claro que en este respecto hay que mencionar que aún con bandas de trayectoria, la asistencia suele ser más bien escasa, como se notó recientemente con Rotten Sound. Es más, es aburridor cómo algunos medios especializados no salen de las mismas cinco bandas clásicas, y sus tops de grandes músicos y producciones musicales llegan al descaro de lo predecible, al parecer más la exposición de un museo.
  2. Siempre ha existido cierta renuencia a la aparición de nuevos subgéneros y bandas, y la calidad de estos realmente depende mucho de los gustos de quien evalúa, pero muchas veces el desprecio es tal que se crea una barrera infranqueable (y todos hemos caído en esa trampa). Ahora bien, no digo que a uno necesariamente le tenga que gustar todo lo novedoso, y es cierto que por un tema neurológico, a más edad, más difícil apreciar nuevas manifestaciones musicales, pero hablando a título personal, yo entré a la Música Extrema por las bandas lobas y boletas de la época como Kiss o Mötley Crüe (y con la película de The Dirt me compré los discos que me robaron tiempo atrás), y luego mi vena exploradora hizo que buscara cosas más fuertes. Por tal razón, a pesar de que bandas como Ghost o Five Finger Death Punch no logran agradarme, las veo como una herramienta útil para ganar más adeptos entre la juventud actual, y por ello les agradezco.



Ahora bien, no es un secreto que el Metal ya no tiene los alcances mediáticos de hace unas décadas, muchos espacios se han perdido, y parece que eso ha sido causa de lamentos y zozobra, ya que se espera que haya un “reconocimiento” solo por el hecho de que exista el Metal. Pero, por otro lado, se mantienen en esa “exclusividad” y distanciamiento de los grandes medios, atacando a aquellos que sí quieren ser partícipes de ellos. Es decir, como la Gata Flora: si se la ponen grita, y si se la sacan llora. En mi opinión, este es un buen momento para que el Metal y la Música Extrema ratifiquen su lugar como música de culto, sin caer en argumentos como los que expone Roscoe C. Scarborough donde se busca que el Metal alcance categoría de alto arte, así como sucedió con el Jazz; la verdad, ese elitismo no me cuadra acá. Sigo convencido que este es el espacio para aquellos que se sientan desafectos y furiosos, por la razón que sea, y que aquí pueden encontrar un lugar para desahogarse con sus pares; pero esto se puede perder sino se alimenta.

¿Y entonces qué? Aquí me paro nuevamente en O’Neill, quien dice que ya la fase de expansión del Metal está llegando a su fin e inicia una fase de consolidación, es decir, de trabajar en lo ya hecho, y de ahí ofrezco unas consideraciones:

  •  El Metal y la Música Extrema ofrecen una gran variedad de selecciones para todos los gustos, desde lo más depresivo, a lo más contemplativo, pasando por lo más intelectual y reflexivo, hasta lo más alborotado, agresivo y brutal. Aquí hay para todos.
  • Es responsabilidad de cada fan darse cuenta por dónde van sus gustos y cuáles son las necesidades que satisface con los géneros extremos, así puede tomar decisiones mejor informadas sobre qué seguir y qué no (así suene muy hippie, procuremos no atosigar a quien tiene otras necesidades).
  • Teniendo en cuenta los dos puntos anteriores, hay forma de hacerle curva al hecho mencionado de que con la edad haya renuencia a nuevas cosas: existen hoy en día bandas que trabajan dentro de los subgéneros ya existentes con los que se creció, pero que logran darle un sonido actual y renovado, sin ser meras copias nostálgicas como acusan algunos. Baste recordar que mucha innovación no se dio por ocurrencias de la nada, sino por saber reinterpretar temas anteriores a la actualidad (el caso más obvio y evidente siendo los Beatles, estas bandas de lejos no alcanzarán el mismo nivel de popularidad pero sí mantienen las cosas frescas).
  • La era de los fanzines y el tape trading no volverán, pero cuesta creer que con todas las facilidades en materia de comunicaciones que existen hoy en día, no seamos capaces de dedicar el mismo tiempo que dedicaban nuestros antecesores para encontrar bandas nuevas, sumado a que ahora es todo mucho más barato. Insisto, es de sorprenderse las cosas interesantes que hay por ahí (Ej: he encontrado categorías como Raw Thrash Metal, Brutal Thrash Metal y Blackened Crust, entre otras, que realmente satisfacen mi necesidad de adrenalina).

Ya habiéndome prolongado mucho, no quiero caer en los clichés y lugares comunes que se utilizan a la hora de tratar el estancamiento actual, cada quien verá como invierte su tiempo y su dinero, y la tacañería y la mentalidad de pobre son fenómenos que trascienden el gusto musical. Yo le apuesto más a la autonomía de cada individuo para que solucione las cosas como mejor le parece. Si lo suyo son solamente los clásicos ¡Perfecto! Si quiere mantener el espíritu explorador e investigativo que ha caracterizado a los fans del metal desde su inicio, aquí hay una ventana de oportunidad para que comuniquemos nuestros hallazgos. Todo sea para que no nos regodeemos en ser unos meros dinosaurios.

¡Cuernos arriba!

Saturday, August 10, 2019

TRANQUILO, NO LE CUESTIONO LO EXPERTO

Por: Alejandro “El Profe” Bohórquez

#ElProfeDelMetal

Un saludo metalero. Durante estos cuatro años que he estado frente a mi experimento de la clase de Geopolítica Urbana & Música Extrema, que empezó como una apuesta a una clase distinta y ha llevado a descubrir todo un campo de estudio como lo son Estudios en Música Metal, llegando a este proyecto que es El Profe Del Metal, ha sido tremenda y enormemente grato encontrar tantas voces de apoyo y haber hecho nuevos amigos, los cuales apoyan este proyecto en constante construcción. Por supuesto, no han faltado las críticas hacia dicho proyecto, algunas muy interesantes que se han tomado en cuenta para ir mejorando, algo que he aclarado es que no me las sé todas, otras hacen referencia a mi falta de conocimiento enciclopédico de ciertas bandas o no tener bien algunos detalles de acuerdo al conocimiento del crítico, que son entendibles, y unas últimas que no son más que bravatas de internet que lo único que producen es risa (en el mejor de los casos).

Ante todo, mi aproximación a este tema es desde la de un fan que le gusta estudiar de tipo de sonidos, y de manera frontalmente honesta lo que me motiva a mí es la descarga de energía y la adrenalina que produce el Metal Extremo, sintiendo que logra darle la frecuencia a la hiperactividad con la que siempre he vivido. Por eso, no temo en admitir que soy fan de ciertas corrientes del Punk (donde milité varios años) y de la Electrónica que me producen el mismo efecto, llevando a que ciertas bandas clásicas o de culto no me logren interesar más allá de lo referencial, o que otros atributos, como la técnica, no me sean tan atractivos. También, soy consciente de que se trata de géneros musicales que por su reacción emocional generan mucha pasión por parte de sus seguidores, haciendo que cada uno quiera destacarse como el más conocedor y experto, y dedique mucho de su tiempo y recursos para lograr ese fin, y por lo tanto, que no me interese declararme como experto sino tener una postura más de eterno aprendiz, evitando participar en discusiones infructuosas de quien “la tiene más larga”, o querer ajustarme en lo que otro tiene en su cabeza de lo que debe ser “uno de verdad”.

Además de la exploración musical propia de todo fan, que todos sabemos es bastante entretenida, el aporte que busco imprimirle a las clases, columnas, entrevistas y demás medios donde expongo este tema, es desde mis estudios en Relaciones Internacionales, Estudios de Inteligencia y campos asociados. De ahí, que haya arrancado desde la perspectiva de la geopolítica, donde salvo por un libro de la relación entre Black Sabbath y Birmingham, no he encontrado hasta el momento mayores investigaciones; complementado además por los trabajos ya hechos desde la sociología, la historia, la musicología y la antropología, otorgando una mayor amplitud de conocimiento. No sé a ustedes, pero a mí motiva no solo conocer de bandas, géneros y subgéneros, sino también conocer los factores que influenciaron su creación más allá de lo meramente musical y anecdótico, encontrar las tendencias generales a enfrascarme en los detalles puntuales.

Pueda ser que diga cosas obvias o repetitivas que “todo el mundo sabe”, quizás no sea del todo novedoso lo que tengo que decir para algunos de los que decidieron ponerme atención un momento, resultándoles tedioso. Lo que sucede, es que a veces el experto olvida que hay gente que se acerca a estos temas por primera vez, y requiere que se les introduzca a estos géneros musicales desde lo más básico, en especial los que asisten a mis clases son estudiantes que en su gran mayoría lo más cercano que habrán oído es Nirvana o Queen, y ponerles de entrada lo más denso y complejo sería un despropósito como docente y educador, generando además rechazo. Aquí es donde a ratos encuentro una disonancia cognitiva, varios alegan y esperan que se les respete y acepte, incluso que se les reconozca, por sus gustos dentro de la Música Extrema o similares, pero cualquier acercamiento de gente de afuera para que conozca y adquiera una nueva perspectiva frente a ese tema lo miran con oprobio. No lo sé, prefiero pecar de obvio.

Con todo y todo, nuevamente quiero agradecer a todos aquellos dentro y fuera de la Música Extrema que han apoyado esta iniciativa, y que han aportado de diversas maneras a que este trabajo continuo y en permanente construcción crezca y mejore. Si definitivamente no lo logro convencer de mi trabajo ¡Fresco! Existen muchos otros medios a los que se pueden acceder que probablemente le de una información más satisfactoria, es más, hoy en día existe una mayor facilidad de medios para que nos muestre a los demás cómo es que se hace, y me convierta yo en su seguidor número uno, no quiero dejar de aprender. Por lo pronto, me quedo con algo que me dijeron por ahí: “el árbol que más frutos da, es al que más piedras le tiran”.

¡Cuernos arriba!

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