Por: Alejandro “El
Profe” Bohórquez
#ElProfeDelMetal
Un saludo metalero. De
hacerse un recuento de esta década que está por terminar, una de sus
principales características es el auge de lo retro y la industria de la
nostalgia, que si bien no es algo exclusivo de los 2010, siendo una tendencia
que viene en crecida desde hace más de 20 años, no es descabellado aseverar que
la nostalgia ha llegado a puntos altos los últimos diez años. En el caso del
Metal este fenómeno lo ubican algunos autores, como Andrew O’Neill, con la
reunión de la alineación original de Black Sabbath en 1997, seguida por el
revival del Thrash Metal en los 00, y como mencioné en otra publicación, hoy
por hoy los medios especializados se enfocan en demasía en el Doom Metal, el
género retro por excelencia en el Metal. El problema de todo esto, que se comparte
con la música Rock en general, es el anquilosamiento que se está dando en estos
géneros musicales, los cuales pasan cada vez más a ser cosa del pasado, y
tienen el riesgo casi de desaparecer al no atraer a generaciones más jóvenes.
Un rasgo interesante del
Metal como tribu urbana, señalado por Jeremy Wallach y Alexandra Levine, es que
el envejecer está bien visto y existe un respeto por los pioneros de este
estilo, de hecho, se espera que cualquier persona que ingrese a esta tribu
tenga un buen conocimiento y aprecio de la historia del Heavy Metal. Aunque
esto lo considero valioso, he podido detectar por lo menos dos problemas con
esta actitud que le juegan en contra a esta continuidad:
- Si bien yo me disfruto los clásicos como cualquier otro, pareciera que los grandes conciertos solo los encabezan bandas que llevan 20 años o más, y que darles la oportunidad a bandas más recientes, así estas toquen dentro de los subgéneros establecidos, es un negocio a pérdida. Claro que en este respecto hay que mencionar que aún con bandas de trayectoria, la asistencia suele ser más bien escasa, como se notó recientemente con Rotten Sound. Es más, es aburridor cómo algunos medios especializados no salen de las mismas cinco bandas clásicas, y sus tops de grandes músicos y producciones musicales llegan al descaro de lo predecible, al parecer más la exposición de un museo.
- Siempre ha existido cierta renuencia a la aparición de nuevos subgéneros y bandas, y la calidad de estos realmente depende mucho de los gustos de quien evalúa, pero muchas veces el desprecio es tal que se crea una barrera infranqueable (y todos hemos caído en esa trampa). Ahora bien, no digo que a uno necesariamente le tenga que gustar todo lo novedoso, y es cierto que por un tema neurológico, a más edad, más difícil apreciar nuevas manifestaciones musicales, pero hablando a título personal, yo entré a la Música Extrema por las bandas lobas y boletas de la época como Kiss o Mötley Crüe (y con la película de The Dirt me compré los discos que me robaron tiempo atrás), y luego mi vena exploradora hizo que buscara cosas más fuertes. Por tal razón, a pesar de que bandas como Ghost o Five Finger Death Punch no logran agradarme, las veo como una herramienta útil para ganar más adeptos entre la juventud actual, y por ello les agradezco.
Ahora bien, no es un
secreto que el Metal ya no tiene los alcances mediáticos de hace unas décadas, muchos
espacios se han perdido, y parece que eso ha sido causa de lamentos y zozobra,
ya que se espera que haya un “reconocimiento” solo por el hecho de que exista
el Metal. Pero, por otro lado, se mantienen en esa “exclusividad” y
distanciamiento de los grandes medios, atacando a aquellos que sí quieren ser
partícipes de ellos. Es decir, como la Gata Flora: si se la ponen grita, y si
se la sacan llora. En mi opinión, este es un buen momento para que el Metal y
la Música Extrema ratifiquen su lugar como música de culto, sin caer en
argumentos como los que expone Roscoe C. Scarborough donde se busca que el
Metal alcance categoría de alto arte, así como sucedió con el Jazz; la verdad,
ese elitismo no me cuadra acá. Sigo convencido que este es el espacio para
aquellos que se sientan desafectos y furiosos, por la razón que sea, y que aquí
pueden encontrar un lugar para desahogarse con sus pares; pero esto se puede
perder sino se alimenta.
¿Y entonces qué? Aquí me
paro nuevamente en O’Neill, quien dice que ya la fase de expansión del Metal
está llegando a su fin e inicia una fase de consolidación, es decir, de
trabajar en lo ya hecho, y de ahí ofrezco unas consideraciones:
- El Metal y la Música Extrema ofrecen una gran variedad de selecciones para todos los gustos, desde lo más depresivo, a lo más contemplativo, pasando por lo más intelectual y reflexivo, hasta lo más alborotado, agresivo y brutal. Aquí hay para todos.
- Es responsabilidad de cada fan darse cuenta por dónde van sus gustos y cuáles son las necesidades que satisface con los géneros extremos, así puede tomar decisiones mejor informadas sobre qué seguir y qué no (así suene muy hippie, procuremos no atosigar a quien tiene otras necesidades).
- Teniendo en cuenta los dos puntos anteriores, hay forma de hacerle curva al hecho mencionado de que con la edad haya renuencia a nuevas cosas: existen hoy en día bandas que trabajan dentro de los subgéneros ya existentes con los que se creció, pero que logran darle un sonido actual y renovado, sin ser meras copias nostálgicas como acusan algunos. Baste recordar que mucha innovación no se dio por ocurrencias de la nada, sino por saber reinterpretar temas anteriores a la actualidad (el caso más obvio y evidente siendo los Beatles, estas bandas de lejos no alcanzarán el mismo nivel de popularidad pero sí mantienen las cosas frescas).
- La era de los fanzines y el tape trading no volverán, pero cuesta creer que con todas las facilidades en materia de comunicaciones que existen hoy en día, no seamos capaces de dedicar el mismo tiempo que dedicaban nuestros antecesores para encontrar bandas nuevas, sumado a que ahora es todo mucho más barato. Insisto, es de sorprenderse las cosas interesantes que hay por ahí (Ej: he encontrado categorías como Raw Thrash Metal, Brutal Thrash Metal y Blackened Crust, entre otras, que realmente satisfacen mi necesidad de adrenalina).
Ya habiéndome prolongado
mucho, no quiero caer en los clichés y lugares comunes que se utilizan a la
hora de tratar el estancamiento actual, cada quien verá como invierte su tiempo
y su dinero, y la tacañería y la mentalidad de pobre son fenómenos que
trascienden el gusto musical. Yo le apuesto más a la autonomía de cada
individuo para que solucione las cosas como mejor le parece. Si lo suyo son
solamente los clásicos ¡Perfecto! Si quiere mantener el espíritu explorador e
investigativo que ha caracterizado a los fans del metal desde su inicio, aquí
hay una ventana de oportunidad para que comuniquemos nuestros hallazgos. Todo
sea para que no nos regodeemos en ser unos meros dinosaurios.